C M Y K - 004

Publicado por H.G. | 5:18 | | 0 comentarios »


Durante el viaje de Arua al lugar sagrado de los Black recordó los largos días que paso con su maestro, recordó la peculiar manera de instruirla en todas las artes que no se han de nombrar y recordó, como no, las noches en las que el sudor de su cuerpo se mezclaba con el del hombre que era en realidad su maestro tras aquella mascara impasible, imperturbable,
condena ineludible como único superviviente de su raza.

Abetse no estaba, todo el lugar parecía haber sido arrancado de las tierras remotas, transportado quizá a otro lugar en el espacio o en el tiempo.

Ninguna señal clara de que había sucedido, casi nada quedaba ya de lo que antes habitaba en aquella zona, el único testigo, un pequeño y viejo Ceratonia Siliqua (algarrobo) que aun se mantenía en pie.

Durante tres días y tres noches, rezo por la esencia de su maestro.

Dispuesta a marchar, ya en su montura, cerro los ojos y entono la ultima plegaria. Una suave brisa acaricio las hojas del retorcido árbol y un lejano susurro llego a oídos de Arua.

- Él pensó en ti cuando su tiempo aquí termino.
recoged la raíz de este, mi leñoso cuerpo y trasplantadla justo en el centro del bosque negro.

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